El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por los virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) y tipo 2 (VHS-2).
La infección por herpes genital es común en los Estados
Unidos. A nivel nacional, el 16.2% de las personas(o aproximadamente
una de cada seis) entre 14 y 49 años de edad tiene infección genital
por el VHS-2. Durante la pasada década, el porcentaje de personas con
la infección por el herpes genital se ha mantenido estable en los
Estados Unidos. La transmisión de un hombre infectado a su pareja femenina
es más probable que la transmisión de una mujer infectada a su pareja
masculina. Es por esto que la infección genital por el VHS-2 es más
común en las mujeres (aproximadamente una de cada cinco mujeres entre
14 y 49 años de edad) que en los hombres (aproximadamente uno de cada
nueve entre 14 y 49 años).
La mayoría de las personas infectadas por el VHS-1 o el
VHS-2 no presentan síntomas o son tan leves que no los notan o los
confunden con otra afección de la piel. Por lo tanto, la mayoría de
personas infectadas por el VHS-2 no saben que tienen la infección.
Cuando hay síntomas, usualmente se manifiestan con una o más ampollas en
los genitales, el recto o la boca o a su alrededor. Las ampollas se
abren y dejan llagas dolorosas que pueden tardar entre dos a cuatro
semanas en curarse. A menudo, este síntoma se conoce como tener un
"brote". La primera vez que una persona tenga un brote es posible que
presente síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolores en
el cuerpo e inflamación de glándulas.
Es común que los brotes se repitan, en especial durante el
primer año de la infección. Los síntomas de los brotes siguientes por
lo general duran menos tiempo y son menos graves que el primer brote. A
pesar de que la infección puede permanecer en forma indefinida en el
organismo, la cantidad de brotes tiende a disminuir a medida que pasan
los años. Las personas contraen herpes al tener relaciones
sexuales con alguien que tenga esta enfermedad. "Relaciones sexuales"
quiere decir contacto anal, oral o vaginal. El VHS-1 y el VHS-2 pueden
encontrarse y liberarse por las llagas causadas por los virus. Los
virus también pueden ser liberados por la piel que no tenga llagas. Por
lo general, una persona solo puede infectarse por el VHS-2 durante el
contacto sexual con alguien que tenga una infección genital por el
VHS-2. La transmisión puede ocurrir por una pareja sexual infectada que
no tenga una llaga visible y que no sepa que está infectada. El VHS-1 puede causar llagas en el área genital e
infecciones de la boca y los labios, también llamadas “ampollas
febriles”. La infección por el VHS-1 en los genitales es causada por
contacto de la boca con los genitales o por contacto entre los genitales
con una persona que tenga la infección por el VHS-1. En muchos adultos el herpes genital puede causar llagas
genitales dolorosas y puede ser grave en personas con sistemas
inmunodeprimidos. Si una persona con herpes genital toca sus llagas o
el líquido de estas, puede pasarse el herpes a otra parte del cuerpo.
Esto es muy problemático si es una zona sensible como los ojos. Esto se
puede evitar si no se tocan las llagas ni el líquido. Si se tocan las
llagas, lavarse las manos de inmediato disminuye la probabilidad de
transmisión a otra parte del cuerpo. Algunas personas que contraen el herpes genital sienten
preocupación sobre cómo afectará su salud general, su vida sexual y sus
relaciones. Es aconsejable hablar con un proveedor de atención médica
acerca de estas preocupaciones, pero también es importante reconocer
que aunque el herpes no tenga cura es una afección controlable. Como el
diagnóstico del herpes genital puede afectar las percepciones sobre las
relaciones sexuales existentes o futuras, es importante saber cómo
hablar con su pareja sexual sobre las enfermedades de transmisión
sexual. A continuación podrá encontrar el siguiente recurso: Campaña GYT También las mujeres embarazadas y el bebé en gestación
pueden sufrir posibles complicaciones. A continuación más información
sobre "¿Cómo la infección por herpes afecta a una mujer embarazada y a su bebé?" El herpes genital puede causar llagas o cortes en la piel o en las
membranas mucosas (recubrimiento interno de la boca, la vagina y el
recto). Las llagas genitales causadas por el herpes pueden sangrar
fácilmente. Si una persona de la pareja está infectada por el VIH,
aumenta el riesgo de transmisión de este virus cuando las llagas entran
en contacto con la boca, la vagina o el recto durante las relaciones
sexuales.
Es de crucial importancia que las mujeres embarazadas infectadas por
el VHS-1 o el VHS-2 vayan a las consultas prenatales y le digan a su
médico si alguna vez han tenido algún síntoma o han estado expuestas o
se les ha diagnosticado herpes genital. Algunas veces la infección por
herpes genital puede provocar abortos espontáneos o nacimientos
prematuros. La infección por herpes puede transmitirse de madre a hijo
causando una infección potencialmente mortal (herpes en el neonato). Es
importante que las mujeres eviten contraer el herpes durante el
embarazo. A una mujer con herpes genital se le pueden dar medicamentos
antivirales a partir de las 36 semanas de gestación hasta el parto para
reducir su riesgo de presentar un brote. Llegado el momento del parto,
a una mujer con herpes genital se le debe hacer un examen exhaustivo,
Si los síntomas del herpes están presentes durante el parto, por lo
general se realiza una cesárea. Los proveedores de atención médica pueden diagnosticar el herpes
genital mediante un examen visual si el brote es típico. También pueden
tomar una muestra de la llaga y hacerle una prueba. Algunas veces, las
infecciones por el VHS se pueden diagnosticar entre brotes mediante un
análisis de sangre. Las personas deben hablar con su proveedor de
atención médica sobre las opciones de las pruebas de sangre. No hay tratamiento que pueda curar el herpes. Sin
embargo, los medicamentos antivirales pueden prevenir o acortar la
duración de los brotes durante el tiempo que la persona tome los
medicamentos. Además, la terapia inhibidora diaria (por ejemplo el uso
diario de medicamentos antivirales) para el herpes puede reducir la
probabildiad de transmisión a las parejas. El uso adecuado y habitual de condones de látex puede
reducir el riesgo de adquirir herpes genital, debido a que los condones
de látex pueden cubrir o proteger los síntomas del herpes que ocurren
en el área genital de los hombres y de las mujeres. Sin embargo, los
brotes pueden ocurrir en áreas que el condón no puede cubrir.
La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades
de transmisión sexual, incluido el herpes genital, es abstenerse del
contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con
una pareja a quien se le han hecho las pruebas y se sabe que no está
infectada. Las personas con herpes deben abstenerse de tener
relaciones sexuales con sus parejas cuando tengan presentes lesiones u
otros síntomas del herpes. Es importante saber que aunque la persona no
tenga síntomas, todavía puede infectar a sus parejas sexuales. Se les
debe indicar a las parejas sexuales de las personas infectadas que
pueden contagiarse y que deben usar condones para reducir el riesgo.
Las parejas sexuales pueden hacerse pruebas para determinar si están
infectadas por el VHS.
El SIDA es una de las enfermedades más graves y mortales de la historia de la humanidad. Un grupo de médicos identificó los primeros casos de SIDA en San
Francisco y Nueva York hace más de 20 años. Se estima que actualmente
existen 42 millones de personas en todo el mundo que conviven con el VIH
o el SIDA y más de 3 millones mueren por año a causa de enfermedades
relacionadas con el SIDA. El SIDA es provocado por el virus de inmunodeficiencia humana
(VIH). El VIH destruye una clase de células de defensa del cuerpo
llamadas “linfocitos cooperadores CD4”. Estos linfocitos forman parte
del sistema inmunológico del organismo, el sistema de defensa que
combate las enfermedades infecciosas. Pero, a medida que el VIH destruye
estos linfocitos, las personas infectadas con el virus comienzan a
contraer infecciones graves que normalmente no se contagiarían; es
decir, se vuelven inmunodeficientes. El nombre de esta afección es síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Al aprender más sobre el funcionamiento del VIH, la comunidad médica
ha logrado desarrollar drogas para inhibirlo (o sea, interferir con su
crecimiento). Estas drogas han tenido éxito para disminuir la velocidad
del avance de la enfermedad y, actualmente, quienes tienen la enfermedad
viven mucho más tiempo. De todos modos, el VIH y el SIDA aún no tienen
cura. Cada año, cientos de adolescentes estadounidenses contraen el VIH. El
VIH también puede transmitirse de una persona infectada a otra persona a
través de la sangre, el semen (el líquido que sale del pene cuando un
hombre eyacula), los fluidos vaginales y la leche materna. El virus se transmite a través de comportamientos de alto riesgo entre los que se incluyen los siguientes:
relaciones sexuales orales, vaginales o anales sin protección (“sin protección” significa sin utilizar un condón)
compartir agujas, como las que se utilizan para inyectarse drogas
(incluidas las agujas utilizadas para la inyección de esteroides) y tatuarse.
Las personas que sufren de otra enfermedad de transmisión sexual,
como la sífilis, el herpes genital, la clamidiasis, la gonorrea o la
vaginitis bacteriana corren mayor riesgo de contraer el VIH durante las
relaciones sexuales con parejas infectadas. Si una mujer con VIH queda embarazada, el recién nacido puede
contagiarse el virus antes del nacimiento, durante el parto o durante el
amamantamiento. Si los médicos saben que la futura madre tiene VIH,
usualmente pueden prevenir el contagio del virus de la madre al bebé.
Todas las mujeres y adolescentes embarazadas deben someterse a pruebas de detección del VIH para comenzar el tratamiento, si fuera necesario.
¿De qué manera afecta al cuerpo el VIH?
Un cuerpo saludable cuenta con linfocitos cooperadores CD4 (células
CD4). Estas células ayudan al sistema inmunológico a funcionar
normalmente y a combatir ciertas clases de infecciones. Para ello,
actúan como transmisores de mensajes a otras clases de células del
sistema inmunológico y les indican que entren en actividad y combatan al
germen invasor. El VIH se une a las células CD4, las infecta y las utiliza para
multiplicarse dentro de ellas. De esta manera, el virus destruye la
capacidad de las células infectadas para cumplir su tarea en el sistema
inmunológico. Por lo tanto, el cuerpo pierde la capacidad de combatir
numerosas infecciones. Dado que su sistema inmunológico está debilitado, las personas con
SIDA son incapaces de combatir numerosas infecciones, en especial la
tuberculosis y otras clases de infecciones que, de lo contrario, serían
infrecuentes en los pulmones (como la neumonía por Pneumocystis carinii), en la superficie que recubre el cerebro (meningitis) o en el cerebro en sí (encefalitis). Las personas con SIDA tienden a enfermarse cada vez más, especialmente si no toman medicamentos antivirales correctamente. El SIDA puede afectar todos los sistemas corporales. El defecto del
sistema inmunológico provocado por la escasez de células CD4 también da
lugar a algunas clases de cáncer
cuya aparición es estimulada por la enfermedad viral: algunas personas
con SIDA desarrollan diferentes linfomas y un tumor poco frecuente en
los vasos sanguíneos de la piel, llamado sarcoma de Kaposi. El SIDA es
mortal. Por lo tanto, es importante que los médicos detecten el VIH
cuanto antes para que la persona pueda tomar el medicamento que retrasa
la aparición del SIDA.
¿Cómo se da cuenta una persona de que padece VIH?
Una vez que la persona deja de contar con la cantidad de células CD4
necesarias para combatir las infecciones o manifiesta síntomas de
enfermedades que se producen específicamente en quienes están infectados
por el VIH, los médicos diagnostican el SIDA. Los síntomas graves de la infección por VIH y SIDA podrían permanecer
sin manifestarse durante 10 años. Y durante los años que anteceden a
ese momento, es posible que la persona no tenga síntomas de SIDA. El
tiempo que los síntomas del SIDA tardan en aparecer varía de persona en
persona. Algunas personas pueden sentirse y lucir saludables durante
años al tiempo que están infectados por el VIH. De todos modos, aun
cuando la persona que tiene el virus de VIH no tenga ningún síntoma,
puede contagiar el VIH a otras personas. Es imposible distinguir si una
persona está infectada simplemente observándola. Cuando el sistema inmunológico de una persona se ve excedido por el SIDA, los síntomas pueden incluir:
debilidad o cansancio extremo
pérdida rápida de peso
episodios frecuentes e inexplicables de fiebre, que duran semanas
transpiración abundante por la noche
inflamación de los ganglios linfáticos
infecciones menores que producen erupciones cutáneas y llagas en la boca, los genitales y el ano
manchas blancas en la boca o garganta
diarrea crónica
tos persistente
problemas para recordar
Las mujeres también pueden sufrir infecciones fúngicas graves en la
vagina que no responden al tratamiento usual, así como la enfermedad
inflamatoria pélvica (PID, por sus siglas en inglés).
¿Cómo se puede prevenir?
Uno de los motivos por los que el VIH es tan peligroso es que una
persona puede tener el virus durante un largo tiempo sin siquiera
saberlo. Esa persona puede contagiar el virus a otras mediante
comportamientos de alto riesgo. La transmisión del VIH puede prevenirse
de las siguientes maneras:
por la abstinencia sexual (no tener sexo oral, vaginal ni anal)
con la utilización de condones de látex siempre para cualquier clase de relación sexual
evitando el contacto con los fluidos corporales a través de los cuales se transmite el VIH
evitando compartir agujas en todo momento
¿Cómo se diagnostica y cómo se trata?
Si crees que puedes tener VIH o SIDA, o has tenido una pareja que
podría tener VIH o SIDA, consulta al médico de la familia, a un
especialista en adolescentes o a un ginecólogo.
Estos profesionales conversarán contigo y te realizarán análisis. El
médico podría hacerte un análisis de sangre o un hisopado de la parte
interna de la mejilla. Según la clase de prueba realizada, los
resultados pueden demorar entre unas horas y varios días. También puedes realizarte análisis de detección de VIH/SIDA en
clínicas especializadas en SIDA en todo el país. Las clínicas ofrecen
pruebas tanto anónimas (es decir, la clínica no sabe el nombre de la
persona) como confidenciales (se conoce el nombre de la persona pero se
lo mantiene en privado). La mayoría de los centros de análisis de
detección del SIDA te pedirán que recibas asesoramiento para conocer los
resultados, ya sean positivos o negativos. Si no sabes dónde puedes encontrar un médico o realizarte una prueba
de detección de SIDA, puedes comunicarte con las líneas nacionales de
asistencia telefónica sobre SIDA (National AIDS Hotlines) al (800)
342-AIDS (en inglés) o (800) 344-7432 (en español). Allí, un
especialista te explicará lo que debes hacer a continuación. No existe cura para el SIDA, por lo cual la prevención resulta
sumamente importante. Las combinaciones de medicamentos antivirales y
fármacos que estimulan el sistema inmunológico han permitido a muchas
personas con VIH resistir las infecciones, mantenerse saludables y
prolongar su vida, pero estos medicamentos no son una cura. En la
actualidad, no existe ninguna vacuna para prevenir el VIH y el SIDA,
aunque los investigadores están trabajando en su desarrollo.